Erigida sobre la tumba de Pedro, el príncipe de los Apóstoles, la Ciudad del Vaticano guarda y custodia un tesoro de arte tan grande como la historia de fe que representa. Innumerables son los lugares, los espacios secretos, las maravillas no desveladas de esta ciudadela tan especial. El objetivo fotográfico que muestra estos tesoros, ya sean pequeños o grandes, se detiene asimismo donde la mirada del viajero a menudo se posa distraídamente, ofreciendo así una visión panorámica original que guía a una comprensión más profunda de este lugar pleno de fascinación y de espíritu devoto. Unos textos breves, reunidos al final del volumen, ahondan en la narración de las imágenes.